Asturias en Europa (C.P. Liceo Mierense)

Los alumnos y alumnas de Educación Primaria del C.P. Liceo Mierense queremos compartir con otros compañeros de Europa nuestras costumbres, juegos, fiestas, leyendas, mitos...

viernes, febrero 18, 2011

SOLIDARIDAD: INDIGENTES EN LA CALLE

Trabajos presentados, por los alumnos de 6º,
al Concurso de Redacción Solidaria “José Cardeñoso”,
con el lema :
SOLIDARIDAD Indigentes en la calle ¿Y si hacemos algo?



SOLIDARIDAD:Indigentes en la calle. ¿Y si hacemos algo?
La indigencia es un problema a nivel mundial. Afecta a muchas personas, la mayoría por problemas de alcohol o de droga, quedan sin trabajo y pierden a sus familias.
En las ciudades mucha gente está pidiendo en un rincón, duermen en cualquier sitio: cajeros automáticos, debajo de algún puente, en un banco del parque, en casas abandonadas, … es decir, donde pueden, tapados con cartones y papeles y en invierno soportando un frío terrible. Para comer, si no les dan nada cuando piden, tienen que buscar en la basura algo que llevarse a la boca.
Hay veces que algunos indigentes son atacados por grupos de personas que les insultan y dan palizas y , como resultado, el indigente es malherido e incluso muerto.
Para hacer su situación un poco más llevadera, existen organizaciones que ayudan con comedores sociales y centros para dormir cuando hace frío, pero esto no es suficiente para acabar con el problema. La mayoría de nosotros les ignoramos, no somos conscientes de su problema.
Yo creo que todo el mundo debería tener una casa, pero no es así. ¿Qué podríamos hacer para solucionarlo? Crear un centro en el que los indigentes se puedan rehabilitar.
Igual que hacen campañas contra el SIDA, que hagan campañas para ayudar a loa indigentes.
Crear pequeños albergues para que se resguarden.
Alguien dotado para esto debería explicar a la gente este problema para ayudar a estas personas a salir a la calle.
Creo que si se lograran hacer estas tres cosas se podrían reducir el número de indigentes en el mundo.
Héctor Gómez Marín




SOLIDARIDAD:Indigentes en la calle. ¿Y si hacemos algo?
Me llamo Mark y tengo 59 años. Nací en un pueblecito de Eslovenia. Mi casa… la calle, mi techo… las estrellas, mis amigos… los pájaros, mi enemigo…la soledad.
Me alimento de lo que tú no quieres, me visto con lo que tú tiras, soy feliz con casi nada y aún así cuando pasas a mi lado y te pido una moneda, no solo me niegas tu ayuda sino que cruzas de acera.
No pienses que te odio, ni siquiera que te envidio. Tuve una vida feliz y no me faltaba de nada, pero el destino juega , a veces, malas pasadas : me quedé sin trabajo, emigré de mi país con grandes esperanzas, me encontré solo en un país extraño, rechazado y obligado a mendingar.
Aprendí a disfrutar con el Sol de la mañana, con un mendrugo de pan y con unas gotas de agua.
Esto que a mi me pasó te podría pasar a ti.
Todo lo que tienes hoy, mañana te puede faltar.

Esto no es más que un ejemplo: Mark no existe, nada más que es un producto de mi imaginación, pero puede reflejar cómo vive y siente un indigente.
Es un problema muy difícil de solucionar y más con nuestra edad. Pero si toda la sociedad colaborara en ayudar a esas personas, les harían un gran favor, y llevaría a que el número de indigentes disminuyera en gran número.

Laura Pereira Penedo





SOLIDARIDAD:Indigentes en la calle. ¿Y si hacemos algo?
Todos los días, cuando me levanto por la mañana y subo la persiana, sobre todo ahora con este frío, siempre pienso lo mismo: cuantas personas como nosotros no tendrán la suerte de tener una casa, una cama,…
La verdad es que me parece muy injusto.
También me pregunto cómo se puede llegar a eso, no lo entiendo.
Cuando veo el la tele algún reportaje donde cuentan sus vidas y se ven las imágenes me digo : “¡Esto es una película!” , vivir en cartones, con el carro de la compra pidiendo para poder comer y sabes que es verdad , que hay muchas personas que viven así. No sé por qué pero cada vez hay más.
No sé lo que se puede hacer para solucionarlo, pero creo que si todos pusiésemos algo de nuestra parte, bueno nosotros no, los más mayores, igual se podría solucionar.
Sé que hay centros que les dan de comer y cenar y se pueden lavar y cambiar de ropa.
Aún así no es suficiente.
¡Ojalá que un día todo se solucione!

Natalia Lamas Periscal




SOLIDARIDAD:Indigentes en la calle. ¿Y si hacemos algo?
Pedro ya estaba pidiendo en la calle, bajo el letrero del banco BBVA, desde las siete menos cuarto de la mañana, había que aprovechar hasta la última moneda. La suya había sido una vida difícil (si se le podía llamar vida)
Pedro había sido un buen estudiante, siempre, en los libros ,destacaba . Pasó el examen de la universidad con 9,75 y , más tarde, se fue a trabajar a la fábrica de tejidos, como jefe de una de las secciones. Pero el 2010 había sido un mal año y le habían despedido.
Entre tanto Pedro ya tenía 39 años y sus padres han muerto, no tiene esposa ni hijos, pero tiene una novia que, cuando lo despidieron lo dejó. A veces Pedro piensa :”Era una bruja que solo quería mi dinero, casi mejor”.
Al final del día Pedro había acumulado diez euros : ¡fantástico!, “menos mal que todavía hay gente caritativa”, pensó. Junto con lo conseguido esa semana ya tenía para comprar un abrigo no ten raído y una manta. Fue a un comedor social y después de comer lo que los solidarios cocineros les habían preparado, salió rápidamente, cogió sus cartones y se fue a un callejón a dormir; soñó que volvía a tener casa, familia y seguridad. Lo mucho que significaban para él los diez euros.

Mientras tanto, en la zona nueva de la ciudad…
Sonó el despertador en una de las tres habitaciones diseñadas ese año por el famosísimo diseñador Guilio Menzziato. Se levantó de la cama y pisó sobre la mullida alfombra rosa y, rápidamente, mandó una señal al servicio de que se había levantado. Era Marta Rodríguez, una riquísima mujer que vivía en la casa más grande que te puedas imaginar. Entró en su baño privado con jacuzzi doble y se sentó a ver vídeos musicales en la pantalla de plasma. Mientras, pensaba qué iba a hacer aquel día: seguramente llamaría a su peluquero o iría de compras con Shakira, “¡Oh no! , está de gira”.
Media hora después una chica del servicio entró con el desayuno : rosbif con angulas, caviar, frutas exóticas y 200 cl. Justos de zumo. A las once llamó a su entrenador personal, pues esas Navidades había engordado 600 grs.
Más tarde llegó su peluquero, mientras la peinaba pensó qué haría luego, quizás fuera a comprarse el bolso de Chanel que había visto en la tienda más cara de la ciudad, un paseo en su Ferrari rosa, practicar tenis con Nadal, …¡Como no tenía ninguna obligación!
Pedro y Marta no son más que personajes ficticios, pero en el caso de Pedro muchas personas viven como él. Desafortunadamente hay menos personas que viven como Marta, en ese grado de riqueza.
Acabar con la pobreza no es tan fácil, si no ya estaría solucionado. La solución sería buscar el equilibrio entre Marta y Pedro. Aunque también sin llegar a los muy, muy ricos nosotros tenemos cosas que no necesitamos ; en algunas casas tienen una televisión en cada habitación, otra en la cocina y otra en el salón. Tiene un coche el padre, uno la madre y otro familiar…
Con ese dinero se podría hacer llegar agua potable a los países subdesarrollados, ayudar al desarrollo de la agricultura de esos países, etc. Y muchas más cosas que seguramente serían más necesarias que todas las cosas materiales de las que nos rodean.

Isabel Valdés González



INDIGENTES EN LA CALLE:
¿Y SI HACEMOS ALGO?
La sociedad les margina
y a muchos el miedo les domina
cuando pasan a su lado.

No hay nada que temer,
solo es gente honrada
que necesita comer.

Si les das tu aportación
te lo agradecerán un montón.

No se puede pedir a todo el mundo
que les den una donación,
pero les podrían dar algo a cambio:
que cuando les vean por la calle
no les miren con los ojos
si no con el corazón.

Daniel Antúnez Ungidos




INDIGENTES EN LA CALLE
¿Y si hacemos algo?
A la gente de la calle hay que ayudar
para que puedan ser algo más.

Si todos ponemos nuestro granito de arena,
ellos irán decentes por la acera.

Si nosotros vamos de vacaciones a París,
que ellos ,por lo menos, vayan a Madrid.

Si nosotros comemos un flan,
que ellos, por lo menos, coman pan.

Ignacio Fernández Díaz




INDIGENTES EN LA CALLE ¿Y SI HACEMOS ALGO?
UN NIÑO POBRE , PERO HONRADO.
En una pequeña villa de Asturias, llamada Mieres, había muchos indigentes. Había uno muy especial llamado Marcus López, que era un niño de once años. Estaba huérfano desde hacía una semana, sus padres habían muerto en accidente de coche y no tenía familia.
Un buen día, cuando pedía a la puerta de la iglesia, a una señora se le cayó un décimo de la lotería y Marcus lo cogió y se lo devolvió, pero la señora le dijo que se lo quedara por ser tan honrado.

-Hijo, se sortea mañana. Pregunta en esa franquicia de loterías, a ver si te toca. Suerte.-dijo la señora.

A la mañana siguiente Marcus fue a preguntar , sin esperanzas, al lotero si le había tocado.

-Espera… ¡¡Eres rico, te ha tocado 2 millones de euros!!- dijo el lotero entusiasmado.

Marcus, nada más cobrarlo, dedicó todo ese dinero a construir varios centros para acoger indigentes en España y en Asturias.
Este cuento no es la realidad , hay muchos indigentes que están muriendo. ¡¡Hagamos algo por ellos!!

Héctor Fernández Martínez



INDIGENTES EN LA CALLE.

Los indigentes, también llamados sin techo, están en una situación de pobreza y no tienen vivienda ni dinero. No tienen para vivir y los alimentos escasean para ellos.
Respecto a ello tendrían que trabajar, pero como nunca les dan una oportunidad, tienen que vivir en un portal, o debajo de un puente. Para conseguir dinero se ponen a pedir por las calles.
La vida de los indigentes en invierno es muy dura, ya que tienen que soportar bajas temperaturas porque no tienen casa. Se cobijan con la ropa que les regalan y duermen en el suelo o encima de cartones.


Juan David Cárdenas Reyes





INDIGENTES EN LA CALLE. ¿Y SI HACEMOS ALGO?
LOS INDIGENTES

Cada vez son más las personas indigentes en todos los pueblos y ciudades, pero no todos son malas personas y ladrones, como mucha gente piensa. Hay algunos, que aunque viven como vagabundos, tienen mucho dinero, pero les gusta vivir de esta forma; otros, porque han perdido el trabajo o la familia, o las dos cosas a la vez, y no les queda más remedio que pedir por las calles para poder comer y duermen donde pueden y les dejan, pues han perdido también su casa.
Su vida es muy triste y llena de peligros, pues hay gente que les quema mientras duermen, les pegan y se ríen de ellos.

Jennifer García González





LOS INDIGENTES

Ayudemos a los pobres discapacitados
que no tienen ni un centavo.
Construyamos colegios y hospitales para ellos,
eso no será un malgasto,
será un aprendizaje.


Tratemos a todos por igual
y no será una maldad.
Consigamos ser amigos,
no seamos sus enemigos.

Adrián Alonso Llamas





INDIGENTES EN LA CALLE
“FRÍA SOLEDAD”

En la calle gélida
pasa el mal tiempo,
aún habiendo Sol.

Frío en las manos,
frío en los pies,
frío en la cara,
en el cuerpo y en el alma.
frío y soledad
unidas en falsa calma.

Raúl Fernández García


INDIGENTES EN LA CALLE
¿Y si hacemos algo?
Yo siento tristeza cuando veo a una persona sin casa, sin empleo,… Habría que darles empleo.
Todo el mundo tiene algún talento. Como el indigente americano que por tener una gran voz lo contrataron para comentar partidos de baloncesto e ir a la radio a presentar programas. Pero se aprovecharon de él y a la semana siguiente lo despidieron de su programa de radio, aunque todavía comenta partidos de la NBA.
Para que no tengan que vivir más en la calle, habría que pagar una pequeña cantidad de dinero cada mes todo el mundo, para construir refugios en los que se puedan asear, dormir, comer, etc. También se podría hacer una especie de albergue para que no tuvieran que vivir más en la calle.

Alberto Díez Bajo






INDIGENTES

Ese indigente
que no le importa a la gente
tiene un corazón
que otros temen.

Pero es una persona
normal y corriente
y es que hay personas
que no lo entienden.

Manuel Casasola

jueves, febrero 03, 2011

LA PEÑA

Veo un gigantesco campo abierto , montañas, una enorme pista de baloncesto, otra de fútbol, una de tenis y una mesa de ping-pong. Un colegio casi abandonado y casas por el monte.

Cuando llueve oigo la brisa rozar la fresca hierba y gotas de agua caer formando charcos de agua cristalina.

Cuando hace Sol trinan los pájaros y los niños corren y juegan; también oigo el riachuelo bajar por la montaña.

Cuando estás allí, sientes que estás libre y tienes ganas de correr y saltar, incluso de volar; sientes estar flotando en las nubes blancas y esponjosas.


Juan David Cárdenas (6ºA) enero-2011